123
Un día salí muy despelotada con la bufanda enredada en la cabeza, la chaqueta en un brazo, la maleta en el otro y los zapatos sin amarrar.
Me monté en el bus 123. Fui la única pasajera en esa parada, dentro ya habían dos personas más. Una iba sentada cerca a la puerta y la otra al fondo en una esquina. Unas paradas más adelante nos bajamos las tres.
Entré a clase de historia y la profesora nos dijo que abrieramos el libro en la página 123. Hablaba del descubrimiento de América. Primero, un viaje incierto; luego, el encuentro y el choque; después, la conquista y el cambio para siempre.
A las 11:23 salí de clases. Fui a la cafetería y compré un café y un sandwich. Pagué y mis vueltos eran $1.230. ¡Qué coincidencia! Mientras comía miré en el computador asuntos de la aplicación para mi pasantía. Llené el formulario y lo envié.
Al llegar a la casa hice tareas, paseé al perro y comí. Mi cabeza daba vueltas sobre estos dígitos que vi todo el día, 1-2-3. ¿Qué quieren decir? Creo que es un mensaje del universo relacionado al orden -así yo viva en el caos.
Primero vinieron fantasmas, le siguieron arañas y ahora números. Vamos a ver si ahora si escucho.
Me reí ocultando el miedo. Le di más vueltas y a las 12:30, por fin, cerré mis ojos y dormí. Mañana será otro día.

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