Todos arriba o todos abajo
Algo que también capturé de esta influencer cuando nos contaba su experiencia para la charla es que estar en discapacidad no significa conformarse con ser tenidos en cuenta.
Explico: ella fue invitada a dar una charla sobre liderazgo, no pudo ir porque no habia adaptaciones para su optima participación. Habló con la persona encargada y esta le dijo «es que la buena intención de ser inclusivos a veces es difícil». Ya medio abordamos este punto en la publicación anterior. La persona pretendía que ella diera su charla abajo del escenario mientras sus compañeros estaban arriba. O, como dicen en inglés, she had to bend over backwards.
Esto lo conecté con algo que me pasaba de sentir que debía hacer hasta lo imposible, incómodo y desgastante por estar en cualquier espacio al que me invitaban. Crecí -creo que todos- con la idea de que hay que agradecer toda miradita. Se implantó en mi mente que al estar en condición de discapacidad no te iban a parar bolas. Aprendí a hacerme invisible para no estorbar. Siento que implícitamente se nos inculcó a aferrarse a la mínima expresión de inclusión y agradecerla sin quejarse de las dificultades.
Y la realidad es que NO. No hay por qué conformarse con migajas. También estamos en la sociedad y merecemos un trato digno. Tenemos cosas que decir sobre muchos temas; le aportamos a la vida y a quienes nos rodean; valemos la pena como para tener que rogar un espacio sea como sea.
Nosotros tenemos las herramientas para darnos nuestro lugar y es nuestra responsabilidad garantizar las adaptaciones. Si alguien más nos invita a un escenario, es una responsabilidad compartida llegar a los ajustes pertinentes.
¿Vamos a ser inclusivos? Bueno, construyamos un escenario en el que quepamos todos y los reflectores nos alumbren por igual.

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