Retomar mi ritmo


Yo puedo. A mi ritmo, pero puedo

Esta frase fue mi filosofía durante muchos años. La defendí por escrito y a propia voz también. Me moví por la vida bajo esta lógica. Y, en algún momento me perdí. Deje de vivirla y a decirme no puedo.

Dejé de hacer cosas que me gustaban, dejé mi independencia y autonomía ganada porque me lo creí. Me creí que existía una barrera que impedía que participara de esto o lo otro. 

«¡Uy! Esta vieja me confunde». Si, es confuso. O sea, si hay cosas que física y literalmente no puedo hacer debido a mi condición de discapacidad. Hay unas limitaciones en mi actividad. Sin embargo, existe un músculo para el problem solving que he entrenado muy bien, y eso me permite participar aún así tenga limitaciones. Esta habilidad yo la llamo mi ritmo. Consiste en realizar las actividades de una manera diferente.

Cada persona tiene un ritmo diferente. Nunca he conocido dos personas que vayan al mismo ritmo. Yo tengo el mío propio. Aun así, lo perdí en esta maraña de pensamientos y comentarios. 

Tras una conversación con mi mamá lo recordé. Desde entonces volví a vivir considerándolo. Yo sí puedo a mi ritmo

Comentarios

  1. Me sentí identificada en el sentido de querer seguir un ritmo que no es el mío, y que hace que me desmotive de tal forma que me creo que no puedo hacer nada... trato de no dejar irme por los demás o lo que veo en las redes o te dice la sociedad de lo que debería ser. L <3

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