El que quiere puede


El otro día fui con mis primas, mi hermano y mi mamá a comer en un restaurante. Al principio dudé si ir o no por la mamera de la poca luz y la pregunta sobre qué podré comer. 

Si fui, y cuando llegamos la entrada al lugar tenía bastantes escalones. Me pause un momento, pero rápidamente solucionamos que mi mamá y una prima me ayudaran, y la otra subiera a Norbert. En esas, salió un mesero que nos ayudó. Subió a Norbert y me ayudó con el último escalón; luego me guió hasta la mesa, me ayudó a sentarme y me acomodó la silla.

¡Wow! eso es inclusión -digo yo-. Si bien el sitio no es accesible, sus trabajadores son conscientes de esto y te brindan toda la ayuda necesaria para que puedas pasarla bien. Y lo que más me gusta, es que esa ayuda es con una sonrisa de oreja a oreja; y sentí que no venía desde el pesar, sino desde el interés genuino de que pases un rato agradable.

Comentarios

  1. Hace unas semana atrás salí con mi hermana y unos amigos, y nos encontramos con la sorpresa que ese día no fue nuestro día, a los lugares que fuimos a comer, la atención fue muy mala y aunque entendíamos que era un día festivo, si notamos al menos hacia nosotros un trato diferente a los demás, no sé que habrá pasado...y apenas este fin que pasó, fui con esos amigos a otro lugar a desayunar, y que lugar, la atención 10/10, sentí eso que dices, el interés genuino de que la pases bien, en un lugar agradable y que te haga sentir bienvenido, en casa <3 Len

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