Ya son 100

Holaa, este es el post número 100 :) Me emociona pensar que llegamos hasta acá. Gracias por acompañarme en este viaje. Quiero seguir compartiendo y que mi mensaje llegue a muchos más. Por eso los invito a seguirme en esta nueva plataforma donde podremos interactuar más https://microreflexiones.substack.com/, por ahora les dejo esta reflexión:

No sé si alguna vez les ha pasado que están agotados, pero no quieren parar por la emoción que sienten de estar logrando el ejercicio. A mi me ha pasado varias veces. Tengo muy presente dos situaciones recientes que me han pasado en terapia y me dejaron piernas de gelatina.

La primera fue en fisioterapia. Me tocó sesión en colchonetas. Hice ejercicios de fuerza rotando el tronco, yendo de acostada a cuatro apoyos, y hasta de rodillas. Cuando mi mamá me recogió, le dije que pidieramos Uber para regresar a la casa (6 cuadras) porque las piernas no me respondían. 

La segunda ocasión fue en terapia ocupacional. Estábamos trabajando cambió de posiciones resaltando estar en rodillas. El ejercicio consistía en arrodillarme, bajar hasta quedar acostada boca abajo, arrastrarme hasta el otro extremo, coger una ficha, regresar, pararme y poner la ficha. Repetí esto hasta completar el tablero y luego para recoger las fichas. Al terminar, no estaba tan destruida, pero de repente me fallaba la pierna y me dolía cada músculo de mi cuerpo durante varios días.

En ambas terapias me sentí súper cansada durante el ejercicio, pero nunca dimensioné que mis músculos estaban fatigados. Era un cansancio rico, divertido, estaba logrando cosas que en mi cabeza pensaba que no podía hacer.