Mi primera vez

Hace unos días llegó el momento que tanto temía y evadía de tener que ir a urgencias. Siempre lo evité por lo raro de mi enfermedad y lo desconocido que era todo. «Será que este medicamento me hará mal; cómo reaccionara mi cuerpo con el otro medicamento; podrán hacer algo los médicos si me da algo».

A las 2am del sábado me despertó un dolor horrible en la parte baja del abdomen. A las horas llamamos a orientación médica a ver qué hacíamos. Me envió una ambulancia que llegó en minutos y nos fuimos a la clínica. 

Al llegar, me revisó un doctor que me sorprendió: le mencioné que yo tenía Refsum Infantil y él asintió y dijo que la había leído cuando estaba estudiando. ¡Primer doctor en Colombia que me dice eso! 

Estando en urgencias tuve que ir a que me hicieran una ecografía abdominal. Resulta que el radiólogo también conocía sobre mi enfermedad. ¡Yupi! Ya son dos. 

Además, el cirujano general que me hizo la valoración me preguntó cómo se escribía Refsum Infantil para averiguar y tomar decisiones más informadas.

Para ser una situación poco agradable, me dió muchas cosas positivas. Como lo mencioné, encontré profesionales que tuvieron muy presente mi enfermedad y la incertidumbre que esta me genera. También me permitió darme cuenta que no debo guardar mi enfermedad como un secreto, y que soy capaz de tomar decisiones.

Comentarios

  1. No cabe duda que siempre habrá personas que hacen la diferencia, en este caso, el personal médico que ya tiene más conocimiento de esto y nosotros, tu lectores <3 Len

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