Micro Reflexiones

Como se habrán dado cuenta AMO ver series y películas. Ahorita ando con The Resident  de Netflix y, como raro, ha habido escenas o situaciones que me resuenan y me hacen reflexionar. En este caso, quiero hablar sobre una escena en donde una joven estudiante de medicina va a hacer unas prácticas en el hospital. Ella tenía una condición muy grave y recientemente le habían hecho un transplante triple (pulmones, hígado y riñones creo). En esas llega a urgencias un caso feo y los doctores no la dejan acercarse y le piden que se vaya. Ella se va muy frustrada. Luego uno de los doctores sale y habla con ella pidiéndole disculpas y diciendo que solo la querían cuidar y mantenerla a salvo. Su respuesta fue lo que me voló la cabeza. Ella decía que su prioridad no era vivir en lo seguro. Que es su cuerpo y sus decisiones y nadie tiene que decirle que hacer o que no. Cuenta que ella hace rafting y paracaidismo, con miedo, pero lo hace con las precauciones necesarias.  Y esto me puso a pen...

El año pasado hice unas reflexiones sobre esto y hoy vuelvo a retomar. Soy consciente que estas frases y palabras provienen del amor y su intención puede ser muy buena. Desafortunadamente -o afortunadamente- las relaciones son complejas y el lenguaje no es tan claro como pensamos. Quiero empezar con una que me pesque hace poco: me asustaste . Esta expresión es común y no tendría que ser mala, pues es como reaccionamos cuando alguien nos sorprende. Sinembargo, en mi contexto de persona con discapacidad que se cae con frecuencia y tiene delicadas las rodillas, no es chevere. Cuando me tropiezo, me caigo o ando con dolor, ya estoy estresada y asustada como para tener que preocuparme por si te asusto o no.  La segunda frase ya la he mencionado; traté de hacerlas paces ccon ella, pero me sigue incomodando. Eso le puede pasar a cualquiera . ¡Yo no soy cualquiera! Yo soy yo. Y cuando algo me pasa y estoy expresando lo que me hace sentir hablo de mí. Tal vez es un poco egoísta esta postura...

En estas fechas de festividades tuve el placer de disfrutar a mi familia. Compartimos el 24 muy felices donde mi tía, jugamos, comimos, nos reimos. El 31 también se gozó, casi no me callo -y los que me conocen saben que eso no es típico en mí-; me reí, canté y fui muy feliz. Con mi mamá hemos hablado mucho de estos días porque hace tiempos no teniamos unas fiestas así. Es que no hubo ni un pero, ni un «sacrificio», nada. Puede confirmar que mis tíos y primos me pueden ayudar e incluir. Lo mejor, es que nadie me impuso nada, sino que me preguntaban qué era lo que necesitaba. Celebramos la navidad en la casa de mi tía que tiene bastantes escaleras. Para llegar a esta decisión mi prima ya me había preguntado qué necesitaría para poder ir. Le dije y eso se hizo. A la llegada Alejo me cargó y me depositó en la silla. A la salida fueron mis primos los que me cargaron. A Web nadie lo juzgo ni molestó;le dieron su espacio, agua y me lo llevaron a orinar. Con la comida tampoco hubo lio. En amba...

El otro día -a finales del año pasado- compré un nuevo caminador, lo llamé Norbert (como el dragón de Hagrid), el mejor regalo de navidad la verdad. Tal vez ya han escuchado a muchos decirlo, pero de verdad mi caminador es mis piernas. El carri-coche, mi caminador anterior, duró mucho conmigo. Fuimos a muchas aventuras juntos, me ayudó montones. Sin embargo, ya estaba bien magullado; frenos dañados, llantas chuecas, marcos rayadisimos. Gracias carri-coche. El domingo tuve la fortuna de ir a comprar un caminador nuevo. En el camino mi mamá me dijo «siento que hay tres cosas indispensables para ti: audífonos, gafas y caminador». Y la verdad es que sí. Mi caminador lo necesito para moverme; mis audífonos me permiten escuchar; y mis gafas me aclaran el panorama. Son una extensión de mí. Necesito estar en las mejores condiciones para vivir bien. Así fue como llegó Norbert de regalo de navidad y hasta de cumpleaños. Un nuevo compañero para este gran equipo. ¡Que se vengan las aventuras del 2...