Ojitos de huevo
La semana pasada me acabé la segunda temporada de la serie Ojitos de huevo. Tengo decir que los primeros 5 capítulos me parecieron meh; al ver que el tema empezó a girar en torno a la posibilidad de que Alexis sea papá, el ciego versus la paternidad, me aburrió un poco.
Este tema me parece que es puro morbo. «O por Dios, el discapacitado embarazo a alguien. Él/ella no puede ser papá/mamá, ¡qué abominación!». Todo el mundo, si quiere puede ser papá/mamá y a NADIE le incumbe.
También me cansaba un poco tanta peleadera con todo el mundo, pero eso es la realidad en muchos casos. No sé porqué pasa, pero uno como persona con discapacidad siente que debe demostrarle algo a la gente y pelea con ellos que quieren es protegerlo y ayudarlo.
Los últimos episodios son una joya. El proceso de Alexis en el que se concientiza de sus dramas y embarradas, pedir disculpas y crear acuerdos. Poder expresar sus ideas en vez de quedarselos y llenarse como olla a presión es lo que quiero hacer.
Y me encanta que muestra que no todos los que estamos en condición de discapacidad debemos ser activistas y mandar el super mensaje. Me fascina que él muestre que todos tenemos sueños y metas como cualquier otro, que la embarramos, sentimos y pensamos como todos los seres humanos.

No había escuchado de esta serie, y probablemente también sufriría esos primeros capítulos pero, haciendo un poco de reflexión, es casi que siempre que se les de ese peso de demostrar su valor o hacer al extraordinario y no es así, uno elige cómo quiere vivir su vida en la condición en la que se encuentre sin estar presionado de nada. Len <3
ResponderBorrarTe la super recomiendo, es muy buena!
BorrarEso que dices es verdad, uno decide cómo vivir; sin embargo, en casos como las personas con discapacidad que viven sin dramas aparentes, la presión social de ser extraordinario y tener que inspirar es fuerte y agotadora.