Menos es más

En la última publicación mencioné que los hoteles no cumplian con las adaptaciones deseadas, pero que igual eran funcionales. Se que un tema que me preocupaba durante la planeación era el hospedaje. Quería que cumpliera unos estándares de «perfección» que, al final, me di cuenta eran algo exagerados.

Amandine se encargó de reservarlos. Yo le dije que era importante que tuviera adaptaciones para movilidad reducida y duchas con baranda o que no fueran resbalosas. Cuando me los mandó se veían geniales, pero, en realidad, no eran tal cual me imaginé.

Ninguno tenía entrada evidente y cómoda para la accesibilidad. En dos nos tocaba entrar por otro lado y en otros dos había un escalón que podía sortear. Casi todos tenían ascensor o formas para llegar a la habitación y al comedor. Solo una ducha tenía baranda y el resto eran poco o nada resbalosas y había forma de sostenerme de las paredes. 

Sí, no eran los mejores; sin embargo, eran perfectos. ¿Qué? Si. Las habitaciones eran amplias y las camas súper cómodas. Eran justas para lo que necesitábamos, pues nos permiten un gran descanso. Además, estaba Amandine para ayudarme con lo que necesitara. 

Esto me permitió entender que no necesito un hotel mega wow para pasarla bien. Solo necesito un espacio adecuado para descansar, y unas cuantas cualidades que me ayuden a que sortee el asunto. 

Pasé genial en mi paseo. Fueron días muy movidos y si me cansé bastante. Hubiera sido mejor si los hoteles fueran los ideales. Sin embargo, esto no dañó mi experiencia. Nunca tuve problemas y me enfoqué. en disfrutar mis experiencias y la compañía.