En marcha estoy
Sin lugar a dudas, este paseo me sacó de mi zona de confort. El equipaje era ligero (solo lo esencial); los hoteles no tenían todas las comodidades ni las adaptaciones deseadas, pero eran funcionales; caminamos muuuucho, pero estaba bien parar y descansar.
Continuando con este último punto, yo suelo moverme en carro, o en algunos lugares ni salgo del hotel. Aquí nos movimos por todos lados. Amandine me dio la tranquilidad de pedir ayuda, de parar y descansar un momento, y me di cuenta de que si puedo. Pude hacer un walking tour de graffiti en Bogotá; pude recorrer varios sitios de Medellín, caminar por Cartagena.
En muchos sitios Amandine se ofrecía a empujarme; en otros yo le pedía ayuda para sostener el caminador. Fuimos descubriendo cada cuanto era necesario sentarnos a respirar y tomar agua.
En fin, yo también puedo. Esto confirma que a mi ritmo todo es posible. Y pedir ayuda no me hace menos; por el contrario, es una señal de inteligencia y autocuidado.
Amo la forma en la que animas a salir de tu zona de confort, pero a tu propio ritmo, con ciertas condiciones, para probar tus limites de una forma sana y divertida 💖✨.
ResponderBorrarDe eso se trata la vida. Hay que buscar cómo ir más allá sin ponernos en riesgo <3
BorrarRecuerdo en tus otros micro reflexiones del cómo es complicado encontrar lugares que tengan todo lo necesario y el reto que esto representaría. Me alegra mucho que te hayas lanzado a la aventura y fueras descubriendo que pedir ayuda no te hace menos ✨🩷 @Len <3
ResponderBorrarGracias Len. Amo poder ser capaz de pedir ayuda cuando lo necesito <3
BorrarRecuerda tu frase de combate: las limitaciones están en tu mente. Clave definir cómo hacer lo que se quiere hacer
ResponderBorrar100%
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