Desconectar para conectar

La semana pasada estuve toda la semana en la finca. Nos fuimos mi mamá, Web y yo a, reivindicarnos, disfrutar de la naturaleza y descansar -y sí que lo hicimos. 

Llevábamos días de mucho ajetreo y cansancio cuando mi mamá me propuso que fuéramos a la finca. Yo acepté con mucho gusto, pues íbamos a cambiar de aires y a descansar. Compramos de esos forros para el carro para que el gordo fuera cómodo, hicimos mercado, nos empacamos y salimos.

Desde el momento cero me sentí muy feliz. Tenía responsabilidades como los snacks del camino, la música y la conversación -no saben cuantos chismes me guardé días previos. Era mi paseo; yo hacía parte del equipo. 

Yo había planeado estudiar y escribir un montón; entrenar con Web 24/7; ser «súper productiva». Y no hice lo de mi plan al pie de la letra. Si estudié, escribí -hay que aprovechar la inspiración del campo-, y entrené; pero no fui estricta. Me levanté un poco más tarde, tomé el sol y fui muy feliz. Dormí siestas largas después de almorzar y a las 7:30pm me estaba metiendo de nuevo en el cuarto para dormir.

Esta semana fue un espacio para desconectarme de la rutina y el ajetreo diario. No dejé de hacer cosas que siempre hago, pero si le bajé full al estrés y tensión del día a día. Los dolores de cabeza, temblores de cuello y mareo se fueron también a descansar esos días.

Ahora vuelvo a mi casa recargada. Me cuesta un poco volver a mi rutina, pues la semana pasada sentí mucho bienestar y no lo quiero perder. Así que me encuentro buscando qué puedo aplicar de lo que viví para equilibrarme. 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Perros de servicio y mascotas, ¿cómo interactúo con ellos?

Stripes

El que quiere puede