¿Cómo se hace?

Creo que todos hemos oído, pensado o dicho «a mí no me importa lo que otros digan de mí, yo soy lo que soy...». Yo sí, y muchas veces. Y muchas veces lo aplico, pero no siempre y, a veces, me bloquea esto.

Vamos por partes. Esta premisa es mi mantra, y lo aplico en aspectos como mi presentación personal, mi movilidad, mi que hacer... y creo que en todo lo que hago, pero, aquí está el maní: lo aplico en privado sin problema; mi dilema empieza cuando voy a interactuar con otros.

Aquí viene cómo/ cuándo no lo aplico: 1. tengo esta voz en mi cabeza que me dice que a nadie le va a parecer eso o aquello y solo lo puedo hacer cuando estoy sola; 2. empiezan las excepciones de «sí importan las opiniones de mis seres más cercanos» o «puedo ser yo siempre y cuando cumpla las normas de respeto, bondad...».

En cuanto al último punto, estas normas sociales que marcan la decencia son transversales a todo lo que hacemos y siempre nos permean. Y no digo que este mal. Es más, no lo califico de ninguna forma. Pero si nos vamos literales al pie de la letra, si nos importa lo que los demás piensen, sientan o digan. Vivimos en sociedad y somos interdependientes.

Ahora bien, el primer punto plasmado es el que más me cuesta. Esta voz me ha llevado a cuestionarme si hago lo que me va a hacer feliz o lo que se espera. Esa necesidad de encajar -tal vez- es el motor de la voz en mi cabeza, y por miedo a no encajar es que no digo o hago cosas tan sencillas como compartir la música que me gusta. 

Y me encantaría dar soluciones aquí, pero creo que no va a ser el caso. Hoy quiero que juntos podamos entender qué y porqué nos pasa, y qué herramientas se pueden usar para que en verdad no nos importe el qué dirán. ¿Cómo se le baja el volumen al exterior y se le sube al interior?