¿Cómo le digo?
Empecemos por esas personas que se asustan o incomodan. Web es el ser más respetuoso, equilibrado y empático que conozco. El puede que se acerque a olerte, pero si percibe incomodidad se va a ir. Lo mismo con otros perros; el no se acerca a atacar, solo quiere saludar. Eso si, si percibe mala vibra de ti o tu perro, va a querer alejarte de donde estamos.
El gordo sabe caminar sin correa. A la gente que se afana por el estigma de «perro bravo suelto» bajenle un cambio, él va a responder a mi llamado. Además, no soy tan irresponsable como para llevar suelto a un perro que ande atacando al mundo.
Lo último, él no es una mascota ni un perro de compañía, el es mi equipo. Juntos logramos funcionar en la sociedad. Ligado a esto viene mi comentario hacia esa gente que se super emociona y quiere llamar su atención: sus acciones pueden estar super bien intencionadas, pero ponen en riesgo mi vida. Yo se que un perro es una cosa divina y uno quiere interactuar con ellos, pero no lo hagan. ¿Cómo le digo señora bonita que sus caricias y llamados tiernos no los debe hacer? ¿Cómo le digo que lo ignore?
Se que para lograr una mejor convivencia entre el entorno y nosotros yo también debo hacer. Yo debo entrenar al gordo para que se comporte en público; o debo vestir a Web con su uniforme de trabajo; yo debo comunicar de su existencia y nuestra funcionalidad. Pero la gente debería leer. Y tomando lo que dijo Isaac, yo soy un ser humano como todos ustedes con cosas por hacer y pensar que se ven afectadas porque debo explicar (o quedarme con la emoción atorada) cómo deben actuar y por qué él está conmigo.
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