¿Depende de qué?
Hace un tiempo hablé de independencia. Esta meta que yo -y creo que muchos- tengo. Conseguir autonomía e independencia en el sentido de hacer ajustes y rodearme de ayudas que me permitan realizar mis tareas del día a día. Y creo que lo estoy logrando.
La independencia y autonomía no se ve igual para todo el mundo. Es necesario adaptar esas metas a nuestro marco de realidad y ahí, creo yo, vienen choques. En mi cabeza ya está implantado un modelo de independencia que he visto en medios de comunicación, en mi familia y amigos. Ese discurso que se me metió de hacer todo por ti sola.
Es tan fuerte la voz que dice eso que, en ocasiones, me ha dado una frustración y rabia muy grande por necesitar ayuda. Por ejemplo, el otro día iba a preparar un postre (si lo hice y quedó deli) y necesitaba ayuda para sacar unos condimentos y herramientas, pues se salía de mis capacidades alcanzarlos. Pedí ayuda, pero estaban ocupados, o sea que me tocaba esperar -esta acción a veces es compleja para mí. Me frustré y estrecé un poco por no poder hacerlo todo por mi sola.
Y situaciones de este estilo he vivido varias veces. Esperar a qué se desocupen para llevarme; sentir que no puedo ir a X o Y actividad porque no hay quién me ayude; dejar cosas a medias porque dependo de alguien más para terminar.
En fin, creo que es parte del proceso. Necesito encontrar el balance entre qué puedo hacer sola, qué con herramientas y ajustes, y qué con ayuda de otros. Soy afortunada de que en este proceso cuento con ayuda de personas que me guían y apoyan para encontrar ese balance y alcanzar mis metas.

Comentarios
Publicar un comentario