¿Y yo qué tengo?

Hoy quiero escribir de este tema, pues es transversal a mi vida. Mi enfermedad. 
El Refsum Infantil es un problema en el metabolismo. Yo no puedo romper los ácidos grasos de cadena muy largos, y, en vez de hacerme bien, me hacen mal. Estas grasas se acumulan en ciertos órganos y me trancan la neuroconducción (para más info contáctenme o busquen en google).

Ya llevo alrededor de 18 años conviviendo con esta enfermedad y ha sido una montaña rusa. Esto me ha dado una forma de ver y vivir el mundo que no es la «común». Le pongo mi atención a aspectos de la vida como mis logros o retrasos en cuanto a si puedo caminar X pasos en el día, si me caigo o no, si termino el día con temblor en las piernas o no, cómo está mi vista hoy; en otras palabras, me fijo mucho en los pequeños (o grandes) cambios físicos de mi salud.

Desde muy niña he trabajado una conciencia corporal (en los últimos años también emocional). Ligado a eso, creo que también he desarrollado un sentido de responsabilidad desde muy temprano con mi dieta y mis terapias. Considero que he sido muy selectiva en lo que hago, cómo lo hago, con quién comparto y qué comparto. 

El Refsum Infantil no sólo me ha dado cualidades como las mencionadas; también tengo mis defectos como inseguridades, miedos y un manejo regular de mis emociones. En fin, yo tengo una vida como la de todo el mundo (infancia, estudio, adultez, viajes, metas y miedos), pero el énfasis ha estado en lugares diferentes a lo común. 

Comentarios

  1. Gracias por compartir tu experiencia, para todos es un regalo y un ejemplo de vida

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Perros de servicio y mascotas, ¿cómo interactúo con ellos?

Stripes

El que quiere puede