«¡Que no es una mascotica!»
Siguiendo con el tema de los perros de servicio, traigo a colación unas experiencias que da rabia; pero al final, creo que también me llevan a darme una palmadita en la espalda. Y hablo de tres eventos que me sucedieron en sitios públicos donde quise entrar con mi unidad funcional. El primer evento del que quiero hablar fue en un restaurante. Me iba a sentar en la terraza donde estaban unos amigos, para eso necesitaba pasar por el interior del restaurante (la otra opción eran escaleras y eso no es viable para mí). El gerente (o administrador) abre la puerta y me niega la entrada con mi loco. Mi hermano lo ignoró y me invitó a seguir. Yo entré y le dije al señor «él es un perro de servicio y, por ley, tenemos derecho a entrar a cualquier lugar. Igual vamos a afuera». El señor se quedó pensando un momento y después me dijo «en la capacitación nos enseñaron que no pueden entrar aquí los perros de servicio». Por qué? ¿Dónde dice eso? Tal vez nos falta algo de cultura para asegurar el ...