Triple doble U

El 15 de noviembre de 2022 fue un parteaguas en mi camino. Ese día conocí a mi mejor y más preciado compañero, conocí al protagonista de esta publicación. Estábamos hechos el uno para el otro y no sabíamos. Su nombre es Web, es un pastor belga malinois que me estuvo esperando en la Fuerza Aérea Colombiana durante 6 años. 

Para llegar a él, entré en un proceso psicológico para abrazar mi condición de discapacidad, pues la compañía de un perro llama más la atención sobre mi condición y necesito ser fuerte para defenderme a mí y, por ende, al gordo. En ese proceso me sumergí en lo profundo de mí y estuve atravesando las oscuras, dolorosas y terroríficas cuevas de los sentimientos represados. Eso me tenía muy baja de nota. Hasta que llegué al ESCAM y vi a un gordo de 4 patas, mirada penetrante y cara de pillo. Ahí se me volvió a iluminar el corazón.

Me dijeron que él era algo parco y solitario. También me advirtieron lo apegado que estaba a una voz gruesa, autoritaria y firme, cosa que yo no tengo. Sin embargo, el vínculo que hemos creado es impresionante. Web ya no es una página de internet, ahora es un dulce. Eso sí, es una cualidad adicional a su fuerza, entrega y compromiso con el trabajo en equipo. Además, ahora le intimida un poco esa voz «masculina», pues en el equipo estamos dos personas con una voz aguda (a veces parecemos gallinas) y tierna. 


Web me ha ayudado mucho en cuanto a mi movilidad diaria. El me ha abierto puertas -físicas y metafóricas-, me alcanza objetos que se caen o necesito, y me ayuda a caminar. En este ámbito, con Web puedo caminar apoyándome de su arnés o agarrándome de la correa sin la necesidad de un tercer objeto, lo cual es muy útil en sitios angostos. También, hago más uso de mi cuerpito y el caminador, pues con el señor Web salimos a pasear 3 veces al día, a entrenar y volví a salir a restaurantes y centros comerciales. 


Adicionalmente, me ha ayudado en el mundo emocional y social. Como dije antes, él llegó a volver a iluminarme y a darme la fortaleza y seguridad que se estaban escondiendo. Gracias a él también he empezado a hablar más con la gente que encuentro en el parque, por ejemplo, y que veo frecuentemente en clase, por ejemplo.


En fin, estoy muy feliz de tener a este ser en mi vida. Gracias universo por cruzar nuestros caminos. Gracias a todas las personitas que me han apoyado en el proceso y han hecho de este equipo una gran (o la mejor) etapa de mi vida.

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