Micro Reflexiones

El otro día le contaba a mi tía que Web anda tomando un montón de medicamentos. Que para el dolor, para el riñón, el sistema urinario, inflamación... Nos salió el típico comentario de «¡qué pesar!». Luego lo pensé mejor y me dije a mi misma «la verdad me parece muy afortunado tener tantos tratamientos para las molestias que tiene». Siento que normalmente creemos que es una lástima que algún ser vivo tenga que tomar tantos medicamentos. Y entiendo un poco, pues los medicamentos tienen la misión de luchar contra un dolor, una dolencia o malestar. Yo no le desearía a nadie pasar por un momento en mal estado. Sin embargo, viéndolo desde un punto de vista positivo, es una fortuna. Sí, tener una idea de lo que sucede, una opción de tratamiento y, siento que hay posibilidades para mejorar el estado actual del ser vivo.  Así es, siento que no debo pobretear a Web por tantos medicamentos. Me enfoco entonces en que hay un diagnóstico, un nombre de lo que le afecta; también hay un plan de acc...

Los parqueaderos azules son para personas en condición de discapacidad. Son más amplios y suelen dejar un espacio de movilidad peatonal junto a su límite. Están ubicados cerca a entradas principales para evitar trayectos inseguros. Esto no es gratuito, ni para tu camioneta de traqueto que no te cabe ni en tu casa. Tampoco son para respetar tu flojera y acortarte el camino. Esto busca defender los derechos humanos de las personas en condición de discapacidad. Los parqueaderos azules «están diseñados para permitir que una persona con movilidad reducida pueda bajarse del vehículo con espacio suficiente para su silla de ruedas, bastón, caminador u otro apoyo». Cuando el afán, la impaciencia o la pereza lo llevan a parquear en estos espacios es un acto de discriminación y violación de derechos humanos que en Colombia, supuestamente, es penalizado con multa y hasta inmovilización del vehículo; pero, ¿quién lo está regulando? La verda siento que esto va más allá de la normatividad. Esto es un...

Últimamente siento que las personas. con discapacidad hemos recuperado nuestro espacio en la esfera pública. Cada vez encuentro más parqueaderos azules, los teatros tienen ubicaciones específicas y las personas que trabajan en estos lugares son más conscientes y con más disposición a ayudar. Sin embargo, aún faltan cosas para que el espacio que nos pertenece sea equitativo.  Por ejemplo, me ha tocado ver gente que se parquea en medio de dos carros en la zona azul porque «hay espacio». Ese espacio en realidad tiene un motivo. Estos parqueaderos son grandes para garantizar espacio para bajar los instrumentos de movilidad (silla de ruedas, caminador) del usuario.  Me pregunto, aún hoy, si toda la gente que usa los parqueaderos azules los necesitan realmente. Creo que muchos sí; otros los usan porque ayuda a evitar incomodidades como el espacio reducido o la distancia con la entrada al sitio donde van. En los teatros y cines veo que ya hay fijo sitios para nosotros, ¡yeii! Sin emb...

El otro día fui con mis primas, mi hermano y mi mamá a comer en un restaurante. Al principio dudé si ir o no por la mamera de la poca luz y la pregunta sobre qué podré comer.  Si fui, y cuando llegamos la entrada al lugar tenía bastantes escalones. Me pause un momento, pero rápidamente solucionamos que mi mamá y una prima me ayudaran, y la otra subiera a Norbert. En esas, salió un mesero que nos ayudó.  Subió a Norbert y me ayudó con el último escalón; luego me guió hasta la mesa, me ayudó a sentarme y me acomodó la silla. ¡Wow! eso es inclusión -digo yo-. Si bien el sitio no es accesible, sus trabajadores son conscientes de esto y te brindan toda la ayuda necesaria para que puedas pasarla bien. Y lo que más me gusta, es que esa ayuda es con una sonrisa de oreja a oreja; y sentí que no venía desde el pesar, sino desde el interés genuino de que pases un rato agradable.