Micro Reflexiones

Durante bastante tiempo he escuchado la comparación entre el concepto inclusión  e integración , pero nunca lo había aterrizado verdaderamente. Hoy voy a compartirte el análisi que hice al respecto recientemente. Cuando se habla de integración  social se hace referencia a que el grupo «diferente» está con todos, pero porque el se buscó cómo estar, pero no hay conexión real. Como se ve en la imagen realizada por miembros de la Comisión de Educación y Empoderamiento y de Juventud e Inclusión Social, de la Red Argentino-Americana para el Liderazgo , están juntos, pero no revueltos.  Mient ras que bajo la inclusión  social si están revueltos. El entorno se esfuerza por hacerlos parte del grupo social. Muy teórico hasta ahí. Si lo conecto con la publicación anterior, en los hoteles (por ejemplo) creo que hay una integración de las personas en condición de discapacidad. Es solo unos pocos cuartos con adaptaciones. Si no alcanzaste por X o Y a tomarlo, te toca mirar cómo re...

Con este trabajo de planear el viaje, volví a reflexionar sobre la «normalidad» y la accesibilidad.  Todo empezó porque me puse a buscar hoteles con duchas accesibles. ¿Por qué solo unas cuantas habitaciones tienen barandas en las duchas? ¿No deberían de ser todas?  Estas barandas le sirven a las personas en condición de discapacidad; también sirven para adultos mayores, para personas con alguna lesión... ¡para todos! También pensaba que las rampas casi siempre están «escondidas» y toca desplazarse más para buscarla y acceder a X o Y. ¿Por qué no las ponemos a la par que las escaleras? En fin, creo que es claro que NO vivimos en una sociedad que nos incluya. Entiendo que las personas en condición de discapacidad somos una minoría; pero la accesibilidad (en cuanto a movilidad) le sirven a todos.

Ando organizando un viaje con una amiga que viene de francia y esto me ha enfrentado con muchas cosas. Primero, me cuestiono: ¿las personas en condición no tenemos derecho a viajar y vivir aventuras? ¿Será que estoy destinada a un tipo de viajes y ya? Ok, esto es un poco extremista. Después de este drama me pongo a ver que vivir estas aventuras implica salir de la zona de confort y enfrentar muuuchos obstáculos. Uno de esos que he enfrentado es darme cuenta que quiero hacer muchas cosas que, por el avance de mi condición, ya no puedo hacer. Por un lado, el autocuidado te dice que hasta ahí puedes llegar para no sacrificar el resto de paseo. Por el otro, muchas «atracciones» no están adaptadas para la condición de discapacidad. «Pero, Daniela, esto es normal». Si, ya lo se, pero enfrentarlo es aburrido. Sin embargo, esto lo desmenuzaré en otra publicación. Otra cosa que me hizo caer en cuenta es sobre TODO lo que implica. Hay que buscar el hospedaje que más se acomode a tus condiciones ...

Creo que es típico escuchar o decir algo como «estoy contigo en las buenas y en las malas». Es una forma de manifestar nuestro cariño y lealtad con familia, amigos, hasta parejas. Y qué bonito es que a uno le digan eso. ¿no? Yo me siento muy apoyada y acompañada cuando me dicen eso. Sé que puedo contar con alguien para compartir mis triunfos y mis derrotas. Yo suelo ser muy literal pegada a la letra, y hace unas semanas empecé a analizar esto. Literalmente estamos diciendo que estamos con los otros en un extremo del espectro emotivo, o en el otro. Pero, ¿qué pasa con el espacio intermedio? Por lo menos yo no siempre estoy en «las buenas» o en «las malas». También vivo situaciones «neutras». Y, me atrevo a decir que, la mayoría del tiempo estoy en las neutras.  Acaso, ¿hay que tomar por sentado que los vínculos van a estar en esos momentos que no son muy muy ni tan tan? O, ¿las neutras también las debo tomar como neutras?